Es increíble que en 2009 aún haya personas en los gobiernos que se opongan a una investigación que puede ayudar a mejorar la calidad de vida de millones de personas.
Hace unas semanas escuche una noticia que llamo mucho mi atención, pues en ella la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) coincidían en que limitar el avance científico con base en creencias religiosas o morales representa un retroceso para México.
En esto estoy de acuerdo, pues representa un rechazo a la iniciativa de reforma presentada el pasado 25 de noviembre de 2008 por la senadora panista María Teresa Ortuño Gurza, en la que se plantea prohibir el uso de células troncales para la investigación, con la cual estoy completamente segura que de aprobarse sería un gran retroceso para la ciencia en el país.
Pues como la presidenta de la AMC, Rosaura Ruiz Gutiérrez, indicó que en un Estado laico, como México, y en pleno siglo XXI, no se puede permitir que por supersticiones, ignorancia o razones ideológicas, incluso preferencias religiosas, se restrinja la libertad de investigación, antepongan un solo modelo de familia y un tipo exclusivo de parejas.
En ese contexto, el director general del IPN, José Enrique Villa Rivera, indicó que inhibir las posibilidades de investigación en ese campo científico con base en criterios religiosos rezagaría la ciencia en el país.
Y es que México, a pesar de ser un cuna de grandes talentos parece que aun no se ha dado cuenta que la razón y la investigación son el sustento de cualquier funcionamiento.
Así como Rosaura Ruiz Gutiérrez llamó a la comunidad científica a estar atenta para que no se apruebe dicha iniciativa, yo convoco no solo a la comunidad científica, sino a la comunidad en general, que se de cuenta que México ya es un país con un gran rezago científico, como para que encima apruebe leyes que solo servirán para obstaculizar el desarrollo científico. Y es que en un país laico no podemos permitir que por preferencias religiosas, absolutamente respetables todas ellas, se prohiba hacer un tipo de investigación tan importante para la humanidad, como es en células troncales.
Varias organizaciones (entre ellas la AMC) siempre han defendido el derecho a hacer investigación con responsabilidad, pero la definición de que una célula es un ser humano (como plantea la iniciativa para reformar la Ley General de Salud) es absolutamente absurda desde el punto de vista científico (lo que tal vez sabría de haber estudiado algo de biología antes de presentar dicha iniciativa). Pues sólo mediante el conocimiento científico se podrán conseguir avances en materia de salud.
En la iniciativa de reforma presentada por la senadora panista María Teresa Ortuño Gurza dice: “Todos los avances científicos deben ser alentados en la medida que atiendan al bienestar y preservación de la vida humana”, lo que tal ves no entienda la senadora es que lo que busca la medicina regeneradora (o biología celular) es exactamente eso el bienestar y preservación de la vida humana.
Pero además, detrás de la iniciativa de la senadora panista María Teresa Ortuño está la prohibición de la despenalización del aborto y la fecundación in vitro, entre otros.
Hay que recordar que sectores políticos conservadores suelen estar en contra de estas investigaciones porque aseguran que esta práctica lleva a la clonación y a la desvalorización de la vida humana, y que estos sectores políticos y sociales pretenden definir al ser humano como producto de la creación, por lo que tratan de imponer un solo tipo de familia, de pareja y de investigación con base en ideas que la ciencia ha comprobado son falsas.
Se que se trata de un tema muy delicado que debe ser discutido ampliamente, aunque desligándolo de cualquier componente que tenga origen en una filosofía moral; hay que analizarlo desde un punto de vista netamente científico, sin miedo. Inhibir las posibilidades de investigación en un campo tan fundamental como es el estudio de las células madres nos haría rezagarnos aun más. Y es que no pueden (ni deben) restringir la libertad de investigación por preferencias religiosas. Por tal motivo exijo que se respete la libertad de investigación en el país, pues no es posible que en esta época se instauren políticas oscurantistas que perjudiquen el desarrollo científico, las cuales son una clara agresión a la ciencia. Por lo tanto se deben buscar maneras de detener estos intentos de restringir la libertad de investigación, pues la investigación en células troncales es fundamental para la mejora de la salud.
Mi MarihuaVideo
jueves, 23 de abril de 2009
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